La batalla legal residía en la acusación por parte de Apple, de que la Galaxy Tab infringía la propiedad intelectual de su producto por la similaridad del diseño con el iPad.
El juez de la causa sin embargo dictaminó que la Galaxy Tab “no es tan cool” y que si bien tiene una apariencia similar al iPad desde el frente, es más delgado y tiene “detalles distintos en la parte de atrás”. También agregó que no posee “la misma sobriedad y simplicidad extrema” del Ipad.