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Movilion

Ecuador, el primero con una billetera digital pública

ecuadorEl nuevo Sistema de Dinero Electrónico de Ecuador no es operado por una compañía telefónica o financiera privada, sino por el gobierno de ese país. Diego Martínez, economista del Banco Central de Ecuador, dice que el gobierno quería su propio servicio porque cree que puede reducir los costos de transacción que vienen con las ofertas privadas.

“Queríamos que fuera un producto democrático, otros países es privado y costoso, con barreras al ingreso como [tarifas altas] si se transfiere dinero de un operador de telefonía celular a otro. Lo que tenemos aquí es algo que todos pueden usar sin importar qué operador tengan”, dice.

Con este programa, cualquiera puede entrar a un banco que participa y cambiar su efectivo por dinero electrónico que queda almacenado en su celular. Entonces pueden usarlo para hacer pagos a otras personas o para comprar bienes y servicios. Por ejemplo, los taxistas de la capital del país, Quito, aceptan pagos por medio del sistema.

Lanzado en febrero, 47.800 personas ya usaron el sistema, según cuenta Martínez. Doce bancos, tanto públicos como privados, están convirtiendo el efectivo y se espera que se sumen otros en los próximos seis meses (el gobierno piensa elevar los aranceles que paga a los bancos por cooperar). Pero, hasta ahora, el sistema no está siendo todo lo exitoso que podría ser, tanto por la falta de conocimiento como por rumores respecto del objetivo de la idea. Algunos críticos han sostenido que el dinero electrónico es un intento del gobierno de reducir la dependencia del dólar de los Estados Unidos, que es la moneda del país luego de que Ecuador se viera forzado a abandonar su propia divisa, el sucre, en el 2000.

“En los últimos meses hubo una campaña en contra del sistema”, advierte Martínez. “Dijeron que queremos reemplazar al dólar como divisa y alguna gente entró en pánico, porque creyó que los bancos cerrarían sus puertas. Fue político. Ahora que comprenden que no queremos reemplazar el dólar, comenzarán a usarlo más”, añade.

Los críticos parecen tener sólo razón parcialmente respecto de las intenciones del gobierno. El sistema de dinero digital es un esfuerzo por reducir el uso físico de dólares, que el banco central tiene que traer de los Estados Unidos para reemplazar los billetes vencidos. Eso es caro: Ecuador gasta al menos US$ 3 millones al año en recircular su dinero. Por el otro lado, todas las transacciones que se hacen a través del sistema siguen denominadas en dólares. El gobierno, dicho de otro modo, no está reemplazando dólares, sino simplemente promoviendo una versión sin papel de ellos.

La tarifa por el uso del servicio va de dos centavos por montos de entre US$ 1 y US$ 10 a 10 centavos por montos de entre US$ 301 y US$ 2000. Eso, por cierto, parece menos, en términos relativos, que lo que cobra M-Pesa.

En teoría, los países podrían eliminar por completo el efectivo y todas sus desventajas. Pero Martínez cree que pasarán décadas antes de que eso suceda en Ecuador, porque se sigue usando el efectivo en el 40% de los pagos y el uso de efectivo entre las poblaciones más pobres, en particular en las comunidades rurales, sigue siendo elevado.

Que el dinero electrónico despegue dependerá de si los bancos u otros agentes acuerdan convertir el efectivo y si la gente tiene lugares donde puede usar el dinero digital. Pese al éxito de M-Pesa, muchos sistemas de dinero móvil no crecieron de modo igualmente dinámico porque la gente no ve los beneficios o desconfía de abandonar el efectivo. Como sucede con cualquier producto financiero, el factor decisivo no es necesariamente la tecnología. Es la confianza de la gente.

Vía La Nación.